Belén Navarro recuerda a la perfección el día en que dio a luz a su hija Noah. Lo hacía el mismo día de su cumpleaños, de urgencia en un hospital público de Cataluña —prefiere no revelar el nombre—, cuando al feto ya se le había parado el corazón. Pese a lo avanzado de su gestación (20 semanas) , la rotura de la bolsa había hecho que Belén perdiera todo el líquido amniótico y que la continuación del embarazo fuese imposible.
La única solución posible era interrumpir el embarazo . “¿Entiendes lo que significa, Belén? Sin líquido, no podrá desarrollarse. Como todavía no tiene pulmones, es imposible que sobreviva fuera de ti”, le explicó el médico. Otros sanitarios no fueron tan sensibles: “Hoy o mañana vas a dar a luz a tu hija, viva o muerta, y tienes que pensar qué quieres hacer con e

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