Dr. Fernando A. Herrera M.- Carlos Manzo fue un alcalde temerario, un presidente municipal que podía caer bien o no, pero decidido a cumplir con su gente; tanto que rebasó la línea de la valentía para ubicarse en la temeridad.

Lo lamentable es que sus llamados al estado y a la federación fueron ignorados y calificados como estridentes. Por eso, los escasos apoyos que recibió nunca estuvieron cerca de ser un real apoyo para ayudarlo a cumplir con los ciudadanos de Uruapan.

Es la misma historia de los municipios de todo el país. Los llamados de la gente que se compromete con los ciudadanos son ignorados y sustituidos por cifras alegres y anuncios en televisión nacional de que la criminalidad está a la baja.

Sí, a la baja, pero lo que baja es el cuerpo de un ser humano al reposo en una tu

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