Con el paso de los años, nuestra mirada revela más que los rasgos: muestra cansancio, pequeños pliegues, la zona inferior de los ojos se oscurece, los párpados pueden perder firmeza. Y aunque nada reemplaza una buena rutina de cuidado de la piel, hay un truco de maquillaje poderoso -y muchas veces poco utilizado- que merece un lugar destacado: el delineado blanco.
Al aplicar un lápiz o delineador blanco en la línea de agua inferior (la zona interior del párpado inferior) o en el “ojo blanco” visible (esclera), conseguimos un efecto óptico inmediato de ojo más grande y más despierto. Estudios y tutoriales de maquillaje señalan que esta técnica hace que los ojos parezcan más grandes y más vivos.
El blanco refleja la luz, lo que permite que la mirada se vea más “abierta” y clara. En m

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