La Abogacía del Estado, que defiende en el juicio al fiscal general, ha aprovechado el trámite de cuestiones previas para cargar con dureza contra el juez Ángel Hurtado y la gestión de la investigación contra Álvaro García Ortiz . Su actuación, ha dicho Consuelo Castro, fue “inquisitiva y prospectiva” y, entre otras cosas, dio “vía libre” a la Guardia Civil para copiar todo el teléfono del fiscal general sin justificación. El correo con la confesión de la pareja de Isabel Díaz Ayuso , ha añadido en esta fase previa, “había circulado ampliamente por los medios” antes de llegar a manos del fiscal general en la noche del 13 de marzo de 2024.

“Todo el material” extraído de esos registros, ha dicho la Abogacía del Estado, debe ser expulsado del proceso. La teniente fiscal del Tribunal Supremo, María Ángeles Sánchez Conde, ha apoyado a la Abogacía también en el caso del registro del despacho de la fiscal provincial de Madrid, de donde salieron los mensajes fundamentales del caso: “La incautación de material de Pilar Rodríguez ha servido de soporte al informe más importante de la causa”, ha defendido.

El juicio ha empezado pasados unos minutos de las diez de la mañana con el magistrado Andrés Martínez Arrieta presidiendo el tribunal de siete magistrados . García Ortiz ha llegado al Tribunal Supremo unos 20 minutos antes del comienzo de la vista sin hacer declaraciones y mientras un grupo de menos de una decena de personas le lanzaba gritos de ánimo desde el parque Villa de París. La primera media hora ha consistido en la lectura de las acusaciones por parte de una funcionaria del tribunal, que han sido rechazadas por el fiscal general con un “no” antes de dar comienzo a las cuestiones previas.

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz (i), junto a sus abogados Consuelo Castro y José Ignacio Ocio

La Abogada del Estado Consuelo Castro ha sido contundente, en la fase de cuestiones previas, al cargar contra el juez Ángel Hurtado y su gestión de la causa, desde los primeros registros, al entender que ha derivado en la nulidad de la causa. “El fiscal general ha sido sometido a un proceso injusto en su conjunto, sus derechos no han sido garantizados y no ha podido defenderse”, ha dicho. La investigación “fue prospectiva” y se inició “de manera preconcebida” con la idea de que el fiscal general “era culpable”.

Ha apuntado a “la desidia o resistencia” de Hurtado a investigar si el correo pudo filtrarse por otra vía: “Una investigación unidireccional y una investigación parcial de los hechos con omisiones llamativas”, ha añadido Castro a lo largo de su primera intervención. Ha sido especialmente dura al criticar los registros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que ordenó Hurtado nada más asumir el caso: “Resultó ser una incautación excesiva e injustificada”.

“Dio vía libre para copiar absolutamente todo”

“El instructor dio vía libre para copiar absolutamente toda la información del fiscal general en sus dispositivos personales y profesionales”, ha lamentado antes de defender que todo ese material debe “excluirse del caso” y ser declarado nulo.

Según Castro, Hurtado solo avanzó en la causa buscando la culpabilidad de fiscal general sin explorar otras posibilidades. Su “prejuicio”, ha dicho, y su “injustificada convicción” de que existió una “operación política”. También ha cargado contra su “ambigüedad” a la hora de determinar los hechos por los que ha sido investigado: “Nunca hemos sabido de qué imputaciones había de defenderse. La defensa nunca ha sabido con certeza qué hechos son objeto de investigación”.

La Abogada del Estado se ha quejado también de que Hurtado invirtió más tiempo en averiguar si el fiscal general había borrado su teléfono que en si el correo de la pareja de Ayuso pudo filtrarse por otras vías. “Se practicaron muchas más diligencias de cargo que de descargo, y la mayoría de las solicitadas por la defensa fueron rechazadas”. Solo consiguieron, por ejemplo, que varios periodistas fueran llamados a declarar cuando acudieron a una notaría. Hurtado, por ejemplo, denegó pedir su teléfono a Miguel Ángel Rodríguez cuando lo pidió la defensa pero “se acordó con el móvil de Juan Lobato cuando lo pidió la acusación”.