NO LO MATÓ EL NARCO, LO DEJÓ MORIR EL GOBIERNO

Alfonso Grajales

Otra vez, México. Otra vez, un alcalde fue asesinado. Y no en cualquier parte, no a la vuelta de la esquina, no en lo oscurito ¡No!

A Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, Michoacán, lo ejecutaron en plena fiesta, a la vista de todos, casi casi con su hijo en brazos y con 14 elementos de la Guardia Nacional que lo “protegían”.

¿Y sabes qué es lo peor? Que estamos tan acostumbrados a ver cómo se llevan entre las patas a políticos, ediles, candidatos, regidores, periodistas y activistas, que cuando cae otro apenas y decimos ¿Ahora quién sigue?”

Manzo no era un improvisado. Venía denunciando desde hace rato que el narco lo traía en la mira. Les echaba bronca a los delincuentes, decía que los abrazos ya no servían ni

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