El Gobierno de Trinidad y Tobago ha ejecutado un drástico giro en su política migratoria, reduciendo el número de permisos de trabajo expedidos a ciudadanos venezolanos en un 82% en un año. Esta medida se enmarca en una escalada de tensiones diplomáticas y un aumento de las preocupaciones sobre la seguridad nacional.

Según datos oficiales del Ministerio de Seguridad Nacional, los permisos de trabajo aprobados para venezolanos cayeron de 4.275 en 2024 a tan solo 757 este año. Esta disminución masiva coincide con la distribución de un memorándum sobre la inminente deportación masiva de inmigrantes indocumentados detenidos.

Alerta por Agentes Infiltrados y Narcoterrorismo

La repentina urgencia de la directiva política es interpretada por expertos legales como una respuesta a una potencial

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