Por Francesca Mascha Klein y Laura Schäfer, Project Syndicate.

BERLÍN/BONN – En un contexto de crecientes tensiones geopolíticas, la presión para que se cumplan las obligaciones relacionadas con el clima surge cada vez más de los tribunales. Este año, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitieron dictámenes históricos, en los que afirmaron la obligación de los países de dar respuesta al cambio climático y las graves consecuencias legales que pueden derivarse de no hacerlo.

A falta de voluntad política, el sistema judicial se ha convertido en motor clave del progreso climático. En cercanías de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) que tendrá lugar en Brasil, se han sentado los cimientos de una

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