El camarín de Coquimbo Unido no tiene lujos. Tampoco grandes figuras internacionales ni egos desbordados. Lo que sí abunda es disciplina y una fe inquebrantable en la palabra de su técnico, Esteban González. Con esa fórmula, el cuadro aurinegro acaba de romper una maldición de 67 años y conquistar su primer título nacional. Una hazaña que transforma a los piratas en el nuevo campeón del fútbol chileno.

Apenas después del pitazo final ante Unión La Calera, los jugadores se fundieron en un abrazo que parecía contener toda la historia de frustraciones del club. Miles de banderas amarillas y negras ondeaban en el Estadio Francisco Sánchez Rumoroso. El Chino observaba cómo sus dirigidos celebraban un campeonato que comenzó a construirse mucho antes del torneo. En los entrenamientos, en las cha

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