Lucio Anneo Séneca (4-65), cordobés, modelo de tantos, apuntaba que «retirarse a tiempo es una de las formas de preservar la dignidad». Varios siglos antes, Aristóteles (384-322AC) ya había dicho que «el hombre sabio sabe retirarse de la contienda antes de que ésta le destruya». Carlos Mazón, dimisionario «en diferido», que es algo patético, no supo elegir en su momento el camino del adiós y ahora tiene que marcharse como un político destruido que, además, deja interrogantes absurdos en el aire. Ha sufrido, como pocos, el acoso de sus rivales, que han aprovechado sus debilidades, pero eso no borra sus errores, algunos anteriores al día fatídico de la dana, ni la famosa comida –dicen que bien regada, ¡ojo al detalle!– en El Ventorro. Estuviera donde estuviera, la dana no se hubiera evitado

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