La dimisión en diferido de Carlos Mazón como president de la Generalitat Valenciana y la manera como la ha llevado a cabo, en una extraña conferencia de prensa en la que habló casi más del rey que de las víctimas, lejos de zanjar la crisis en el Partido Popular del País Valencià la abre, si se puede, aún un poco más. Mazón se va sin irse, al menos por ahora . Tampoco convoca elecciones, como es la prerrogativa de cualquier presidente. En cambio, abre un insólito proceso en el que presenta su dimisión al cargo y ahora, dada su minoría en las Cortes valencianas, necesita imperiosamente el apoyo de Vox para encontrar un sustituto, y de no alcanzarse este acuerdo, automáticamente se convocarían elecciones autonómicas para el próximo mes de marzo . Dicho en plata: de una situación

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