es una actividad que, a pesar de no ser precisamente agradable, todo padre realiza cuando trae al mundo a un ser humano . Lo que en un principio parece una actividad complicada, se acaba convirtiendo en una parte más de la laboriosa rutina propia de cualquier padre primerizo. No obstante, hay un elemento que pasa desapercibido y es que su primera defecación aporta una información y valor incalculable al estudio del microbioma intestinal de los bebés.
En 2017, varios científicos londinenses recibieron 50 paquetes individuales con las primeras defecaciones de recién nacidos que habían sido extraídas de los pañales. Tras recibir ese apetitoso correo, pusieron en marcha un estudio llamado Baby Biome , que consistía en el análisis del microbioma de recién nacidos. Durante la investigac

LA RAZÓN Salud

New York Post
Rolling Stone
The Babylon Bee
Raw Story
RadarOnline