Nadie puede decir con exactitud cuándo se duerme. Podemos recordar que dábamos vueltas en la cama, que mirábamos el reloj o que pensábamos en algo… y de repente, el tiempo se interrumpe . Lo siguiente que sabemos es que han pasado horas. Este lapso tan cotidiano y misterioso ha intrigado durante décadas a neurocientíficos y especialistas del sueño.
El hecho de que no podamos percibir el momento exacto en que nos dormimos n o se debe a un simple despiste, sino a un cambio progresivo, y profundamente biológico , en la forma en que el cerebro procesa la realidad.
¿Por qué no somos capaces de acordarnos de cuando nos dormimos?
Todo empieza con una orden hormonal. Cuando anochece, la glándula pineal, situada en el centro del cerebro, comienza a producir melatonina, una hormona que regul

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