James Comey jugó la carta de la víctima en la lucha contra su acusación por engañar al Congreso, pero esa estrategia tuvo un efecto bumerán cuando los fiscales y su antigua agencia publicaron una avalancha de nuevas pruebas que demuestran que el exdirector del FBI esperaba complacer a Hillary Clinton , alentó filtraciones a los medios de comunicación que él afirmaba no haber sancionado y escribió correos electrónicos y notas que chocan directamente con su anterior testimonio ante el Congreso.
Parte de ese retrato poco halagüeño de Comey, según revelaron los fiscales el lunes, procedía de archivos ocultos durante mucho tiempo que el nuevo director del FBI Kash Patel encontró en bolsas quemadas y almacenes secretos de la sede de la oficina.
Las evidencias incluían pruebas de

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