El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ha generado una reacción muy fuerte en la sociedad mexicana, por las características del personaje y las circunstancias, públicas, en que ocurrió.

A pesar de ello, se equivocan quienes quieren considerar el asunto como un hecho aislado, al que bastaría con esclarecer para desactivar la indignación social. Manzo es el más relevante y conocido de los diez alcaldes mexicanos que han sido asesinados en los últimos trece meses. El estado de Michoacán ha vivido una ola de violencia, extorsiones y asesinatos desde hace varias semanas. El homicidio del alcalde ocurrió apenas diez días después del que sufrió Bernardo Bravo, presidente de la asociación de citricultores.

Contemporáneamente, en estos días se han llevado a cabo protestas de agriculto

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