Sin duda, uno de los postres más fáciles de preparar son las galletas de avena. De ingredientes sencillos y rápida de preparar, se trata de una receta con un sabor delicioso y poco azúcar. Es posible que, en tus intentos de preparar unas galletas de avena, el resultado haya sido húmedo o abizcochado. Aunque prepararlo no tiene dificultad, conseguir que este postre quede crujiente es todo un reto. Se trata de encontrar el equilibrio perfecto para obtener una textura crocante, y huir de una galleta totalmente seca.

Una vez domines esta receta, podrás añadir otros ingredientes como frutos frescos, secos, o chocolate. Pese a que, por lo general, la repostería es bastante rígida y cualquier cambio puede echar por tierra una receta, las galletas de avena admiten una mayor incorporación de variaciones. Te damos las claves para que prepares unas galletas de avena siempre con éxito.

Galletas de avena caseras

Puedes añadir frutos frescos o secos a tus galletas

Técnicamente, para preparar unas galletas de avena solo necesitas este cereal y un elemento aglutinante, que por lo general es el huevo, y un edulcorante como el azúcar o una fruta. Son perfectas para cualquier imprevisto, incluso puedes prepararlas a ojo, pero es probable que no queden crujientes. Para obtener esta textura tan elusiva, deberás incorporar otros elementos propios de las galletas tradicionales, como la harina, la mantequilla o un impulsor. Esto facilitará que las galletas sean crocantes.

Una de las bondades de las galletas de avena es que puedes preparar grandes cantidades sin tener que asaltar tu despensa. Para preparar de una a dos docenas de galletas de avena, solo necesitarás los siguientes ingredientes:

  • Un huevo grande, tamaño L
  • 100 gramos de copos de avena
  • 50 gramos de mantequilla
  • 50 gramos de harina de trigo
  • 40 gramos de azúcar moreno
  • Media cucharadita de postre de levadura química o polvos de hornear
  • Una pizca de sal
  • Media cucharadita de postre de canela (opcional)

Uno de los secretos de esta receta se esconde en su recta final, en el momento de extender la masa en la bandeja del horno. A diferencia de las galletas convencionales, en los que la masa se suele distribuir en el horno en forma de bola para que a medida que se cueza se distribuya de forma natural sobre la superficie de la bandeja del horno; en este caso estamos tratando con una masa cuyo exterior se cocina muy rápido, por lo que es importante que le des forma antes de empezar a hornearlas. Para el resto del cocinado, solo tienes que seguir estos pasos:

  1. Derrite la mantequilla hasta que obtenga una textura pomada. Para ello, puedes introducirla en un bol y calentarla en el microondas en intervalos cortos, removiéndola. Como alternativa, puedes calentarla en un cazo a fuego bajo.
  2. Una vez esté derretida, mézclala con la avena con la ayuda de unas varillas, asegurándote de que empape bien.
  3. En otro bol casca el huevo e incorpórale el azúcar, la sal y la canela, mezclándolo todo con energía hasta obtener un resultado homogéneo.
  4. Es el momento de tamizar la harina y la levadura sobre los huevos. Para ello, coloca un colador sobre el bol de los huevos y añade la harina y la levadura, sacudiendo el colador con cuidado para colar los grumos que puedan tener estos dos ingredientes. Después, mezcla bien todo con ayuda de una varilla.
  5. Añade a la mezcla la avena y la mantequilla y trabájala hasta obtener una masa de galletas. Tapa el bol con papel film y guárdalo en la nevera unos 15 minutos para que la masa esté más compacta y sea un poco más sencillo darle forma a las galletas.
  6. Prepara una bandeja con papel vegetal y precalienta el horno a 180 grados, arriba y abajo y con ventilador.
  7. Mientras, da forma a las galletas. Puedes hacerlo con la ayuda de una cuchara para helado o de dos cucharas de sobremesa. Esto te servirá para obtener una proporción consistente en cada galleta. Asegúrate de que las porciones queden separadas entre sí, de lo contrario podrían fusionarse en el horno, ya que se expanden un poco durante el proceso de cocción.
  8. Es el momento de aplastar la masa de galletas para que obtenga la forma deseada. Como hemos comentado es importante aplanar estas galletas por su rápida cocción. Para ello, puedes servirte de un cuadrado de papel de horno, que puedes utilizar para aplastarlas. También puedes valerte de las cucharas que has empleado para separar la masa. Deben quedar muy planas para que sean crujientes. Es posible que queden con una forma algo irregular, pero puedes enmendarlo con la ayuda de una cuchara.
  9. Introduce la bandeja en el horno y hornea las galletas durante unos 10 minutos o hasta que se doren.
  10. Retira las galletas y déjalas enfriar sobre una rejilla. De esta forma, no cogerán humedad mientras se enfrían y quedarán crujientes.

Si quieres añadir otros ingredientes a estas galletas, recomendamos que añadas plátano machacado. Es una forma estupenda de aprovechar las frutas en mal estado, y dará un sabor intenso y delicioso a tus galletas. Es un endulzante natural perfecto, por lo que deberás reducir las cantidades de azúcar. Como alternativa, puedes añadir frutos del bosque, en el caso de que busques un sabor igual de potente pero menos azucarado.

En el caso de que busques un toque crocante adicional, puedes añadirle frutos secos como las nueces. Pártelas en trozos pequeños y añádelas a la masa. De esta forma conseguirás unas galletas perfectas para acompañar con un café intenso.