Una serie de videollamadas hechas por una mujer que, con un tono que fingida amabilidad exige a sus interlocutores el pago inmediato de “ cuotas para la guerra ”, tiene atemorizados a cientos de comerciantes y dueños de pequeños negocios de Florencia, San Vicente del Caguán y otros del municipio del Caquetá.

La cobradora, que a veces aparece con uniforme de campaña y un fusil terciado, se identifica como Érika. Los servicios de inteligencia y la mayoría de las víctimas saben bien que se trata de la esposa de alias ‘ Calarcá ’, jefe de una temible estructurada armada disidente de las antiguas Farc que se hace llamar comandante del Estado Mayor de Bloques y Frente, producto de una ruptura con el Estado Mayor Central de Iván Mordisco, que está negociando con el gobierno.

Ella y Urías Pe

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