BARCELONA -- Era agosto de 2024 y Nico Williams copaba todas las portadas de los diarios deportivos catalanes. Tras una Eurocopa bestial, Laporta, Deco y Flick estaban de acuerdo y la afición culer se frotaba las manos: el Barcelona iba con todo por el vasco.

Mientras tanto, en su casa, Raphinha se sentía, con razón, maltratado. Lejos de tirar la toalla, usó esta fuerza interna para rebelarse ante todos los que no veían en él un jugador élite, uno de aquellos elegidos para ser titular.

Y vaya si se rebeló. Goles, asistencias, gestos de capitán, protagonismo en las grandes noches y un liderazgo natural dentro y fuera del campo que arrastraron al Barça a completar una temporada histórica que a punto estuvo de ser culminada con la Champions League . En definitiva, una temporada

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