En el universo de las plantas de interior, pocas compiten mano a mano con la popular lengua de suegra. Una de ellas es el lazo de amor, también llamada cinta, planta araña o papito corazón. Es rústica, se adapta a distintos ambientes y luce bien en macetas colgantes o sobre estantes, gracias a sus hojas arqueadas y los hijuelos que cuelgan como guirnaldas.

La cinta o el lazo de amor -cuyo nombre científico es Chlorophytum comosum- es una planta muy común en los hogares. Procedente de Sudáfrica, lo cierto es que sus largas y luminosas hojas y sus diminutas flores de color blanco son un reclamo para los interioristas, que la utilizan mucho para decorar estancias.

Es fácil de cultivar en maceta, entre otras cosas por su resistencia y adaptabilidad. No necesita demasiada agua ni luz y aguan

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