Sólo siete frescos de la desaparecida capilla Herrera de Roma llegaron al Museo del Prado . Situada en la iglesia de Santiago de los Españoles que el banquero Juan Enríquez de Herrera encargó, fue desmantelada en 1833 por riesgo de ruina. Entonces, las obras fueron arrancadas: cuatro de ellas, de forma trapezoidal, decoraban la bóveda, mientras que los otros tres, concebidas como óvalos, adornaban las pechinas. Desde entonces, la pinacoteca dirigida por Miguel Falomir los ha restaurado y custodiado hasta encontrarles el lugar ideal en su colección permanente. Este martes, han presentado la instalación que evoca su ubicación original .
“Es una experiencia genuina porque añade un elemento de gran personalidad que permite a los visitantes disfrutar de un conjunto artístico con difícil

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