La relación entre el Partido Popular (PP) y Vox siguen sin transitar por su mejor momento, después de un turbulento otoño marcado en los mentideros de la política nacional por el crecimiento exponencial de los segundos en las encuestas (y la especulación incluso sobre un posible sorpasso en la derecha en algunos enclaves) y el pronunciado giro discursivo de los segundos en materia migratoria. Lo segundo puede que no desligado por completo de lo primero, y en cualquier caso algo que ha irritado notablemente a un Santiago Abascal que considera usurpado su discurso de siempre en la materia, hasta ahora casi una marca distintiva de su formación dentro del mercado electoral.

Las desavenencias también han llegado por el abierto desacuerdo en varias de las comunidades autónomas donde el co

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