Hay pocas cosas peores que un irresponsable en política. Una de ellas es un inconsciente. Un inconsciente carece de medida sobre las consecuencias de su irresponsabilidad. Pues al frente del Ministerio de Sanidad hay una inconsciente de tomo y lomo. Sólo que esta tiene un agravante, que es médico y carece del más mínimo decoro y responsabilidad para no usar un tema tan grave como es la salud de los ciudadanos para intentar sacar rédito político. Su miseria, la de Mónica García, del ala de Sumar, llega a tal extremo que trata de instrumentalizar el escándalo ocurrido en la sanidad de Andalucía como arma arrojadiza contra casi todas las comunidades autónomas, donde fundamentalmente gobierna el PP.
Su exigencia sobre los cribados de las mamografías al calor del escándalo indecente que padece

Diario de Valladolid

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