Ciudad Juárez.- Los villistas llegaron a Juárez en los vagones del tren, ocultos entre el hollín y el hierro, como sombras que avanzan con el rumor del destino. Era la madrugada del 15 de noviembre de 1913, y al repique de las campanas de la Misión de Guadalupe —a las 4:30 en punto— la frontera despertó con un grito que aún resuena en su memoria: “¡Viva Villa!”.
Han pasado 112 años desde aquella mañana que convirtió a Francisco Villa en leyenda y a Ciudad Juárez en el escenario de una de las hazañas más audaces de la Revolución.
Villa, que un año antes había estado preso por orden de Victoriano Huerta, volvió a la frontera no como cautivo, sino como estratega. Había aprendido que la astucia valía tanto como la pólvora. Tras fracasar en su intento por tomar Chihuahua, ideó un plan que p

El Diario MX

AlterNet
Reuters US Economy
Weirton Daily Times Sports
The Babylon Bee
Raw Story
Everett Herald Sports
The Fashion Spot
AmoMama
US Magazine Entertainment