Leonardo Favio, nacido como Fuad Jorge Jury Olivera en 1938 en Las Catitas, Mendoza, es recordado por su impacto en la música y el cine argentino. Falleció el 5 de noviembre de 2012 en Buenos Aires, dejando un legado artístico que abarca más de 20 películas y 19 discos. Favio tuvo una infancia marcada por la pobreza y el abandono. Su madre, Laura, una actriz de radioteatro, lo crió junto a sus hermanos tras la partida de su padre. Desde joven, Favio mostró interés por el arte, escribiendo versos y soñando con el cine. A los ocho años, aprendió a tocar la guitarra, lo que cimentó su futuro artístico. A finales de la década de 1950, se trasladó a Buenos Aires, donde comenzó su carrera como actor. Su debut en el cine fue en "El Ángel de España". En 1965, Favio dirigió su primer largometraje, "Crónica de un niño solo", que recibió múltiples premios y se considera un hito del cine argentino. A lo largo de su carrera, Favio dirigió películas como "El romance del Aniceto y la Francisca" (1967), "El dependiente" (1969) y "Nazareno Cruz y el lobo" (1975). Su estilo se caracterizó por una profunda conexión con la realidad social, abordando temas de soledad y sufrimiento. Favio también fue un destacado cantautor. Su música resonó en el corazón de muchos, con canciones que reflejaban el amor y la melancolía. A pesar de su éxito, sus hijos, Leonardo, Luis María, Nicolás y María Salomé, optaron por mantener una vida alejada de la fama. En 2024, María Salomé estrenará un documental titulado "Había una vez un mago", que explora la vida de su padre. A lo largo de su vida, Favio se comprometió a "testimoniar el llanto" a través de su arte, dejando una huella imborrable en la cultura argentina. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas.
Leonardo Favio: Un ícono del arte argentino a 11 años de su partida
Noticias de Argentina3 hrs ago
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