Ayer por la tarde se produjo el esperado parto de la rinoceronta Kwanza, un hito para el parque de animales valenciano y esperanza para el programa de conservación de esta amenazada especie. Con la necesaria cautela, las impactantes y tiernas imágenes de las primeras horas aportan optimismo por el atento comportamiento de la hembra primeriza y el innato proceder del precioso “bebé rinoceronte”, buscando el calor maternal y la necesaria leche.
“Tenemos un rinoceronte”, este grito de alegría, seguido de abrazos (y algunas lágrimas) del equipo técnico de Bioparc Valencia marca un hito en este parque de naturaleza. Tal y como señalaban los datos hormonales de la víspera y se confirmó durante la mañana, solo había una cosa que hacer, esperar. Pendientes de las pantallas que mostraban las im

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