El Almirante Thomas Cochrane, al mando de la Escuadra, concibió y ejecutó un plan de asalto nocturno para capturar la fragata realista “Esmeralda”, anclada en la bahía de El Callao. El factor determinante de la operación era la sorpresa , dada la protección que ofrecían las imponentes fortificaciones terrestres del puerto. La “Esmeralda” se encontraba en una posición fuertemente resguardada por quince lanchas cañoneras, dos bergantines de guerra, tres transportes armados, y las baterías en tierra. Además, el fondeadero estaba protegido por una percha flotante de madera y cadenas que solo tenía una única abertura para la navegación.
Para llevar a cabo la misión, el Almirante solicitó voluntarios , reuniendo sin dificultad a 240 marineros y soldados de marina de las dotaciones de la

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