Valldemossa , su postal inigualable si quieren amortiguar el efecto de sus carencias, también es un engaño . Una cosa es visitar la villa capaz de encandilar a cualquier turista y otra bregar con la necesidad de sus servicios como residente . Ahí desaparece el bucolismo.
Los problemas que arrastra la escoleta de Valldemossa son tan conocidos como incomprensibles. Ahora cierra y que se las ingenien los padres para recolocar a sus hijos . El Ayuntamiento ejerce de Pilatos y, aún reconociendo que no es merecedor de ella, se atreve a solicitar «comprensión, colaboración y confianza». ¿Para qué?. Solo puede ser para la inercia y la despreocupación, conceptos que, desde luego, no pueden ser objeto de complicidad con los responsables municipales.
Ya me dirán qué ocupaciones más

Diario de Mallorca

CNN
Vox
The Daily Beast
The radio station 99.5 The Apple
NFL Indianapolis Colts
The List
OK Magazine
Deadline