Estaba acorralada por la prueba y confesó . Rosalía Paniagua admitió lo que para los investigadores que la llevaron a juicio era irrefutable: el crimen del empresario Roberto Wolfenson Band , su empleador, un homicidio ocurrido en la casa del country de Pilar La Delfina de la víctima.

“Se me fue todo de las manos” , fue la frase que la imputada soltó este miércoles ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Isidro que la juzgan, con una acusación de la fiscal Laura Capra por “robo calificado por el uso de arma en forma impropia en concurso real con homicidio criminis causa” .

Pero no fue lo único que relató Paniagua, que no está obligada a decir la verdad. La empleada dijo que Wolfenson la encontró robando un celular y le avisó: “Te voy a denunciar”

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