La previa del se vio marcada por un incidente protagonizado por un grupo de aficionados culés. Lo que debía ser una jornada deportiva se transformó en un episodio de tensión, cuando uno de los autobuses dispuestos para el traslado de los seguidores azulgranas terminó envuelto en llamas.

Un total de 1.300 aficionados del Barça se habían desplazado hasta la ciudad belga para apoyar al equipo. Como parte de la logística del evento, el Club Brujas había organizado un servicio gratuito de transporte que conectaba el centro de la ciudad con el estadio Jan Breydel , situado a unos cinco kilómetros de distancia. El punto de partida de estos autobuses era la plaza Vridagmarkt, desde donde se preveía el traslado ordenado de los hinchas visitantes.

Sin embargo, aproximadamente una hora y media

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