La Atalanta silenció Marsella en un partido marcado, inequívocamente, por una acción en el último minuto más que polémica. En el minuto 89, Ederson, central del conjunto bergamasco, impactó el balón con la mano, Sánchez Martínez se llevó el silbato a la boca, no señaló pena máxima y a la jugada siguiente, Samardžić, con un disparo extraordinario, certificó el triunfo de los de Juric en un partido que, haciendo justicia, mereció ganar la Dea de principio a fin.

La Atalanta pareció el equipo en forma, no en crisis como llegaba al sur de Francia, y el Marsella el herido de muerte que pide desesperadamente la reanimación. Los de Juric fueron un rodillo durante los primeros 30 minutos, impertérritos por el fragoroso Vélodrome, que transformó el bullicio en pitos antes del descanso.

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