Veo un México con hambre y sed de justicia

Luis Donaldo Colosio

La víctima de un convencido de la filosofía de honestidad, integridad, con un lenguaje florido pero franco, abierto, sin miedo, desde el principio no tuvo el apoyo ni del gobierno federal ni el estatal y solo la mayoría de los ciudadanos lo respaldaban. Muchos temíamos este desenlace. Sobremanera por su enfrentamiento valiente con la presidencia de la república y la respuesta de desatención desde Palacio Nacional.

La primera pregunta es ¿quién ordenó su muerte? Son varios los posibles, desde colaboradores cercanos al edil, la indiferencia del gobernador, la delincuencia organizada y vaya usted más arriba. Ya no era un simple presidente municipal iluso, soñador, idealista porque estaba poniendo –en consistencia con sus ideas

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