Hoy amanecía como uno de tantos días en los que acudo a la conferencia matutina de la presidenta de México. Otro día más frente a una de las diez mujeres más poderosas del mundo, delante de la investidura presidencial, esperando poder preguntarle sobre temas de actualidad. Quien diga que eso es fácil, quizá no sabe lo que es estar cara a cara con la Jefa de Estado, con la representante de un país entero. No es solo una persona —en este caso una mujer—, es la encarnación del poder ejecutivo. Por eso, cada palabra, cada gesto, debe estar revestido del respeto que merece la figura.

Sin embargo, mientras esperaba en el Palacio Nacional, llegaba desde Tailandia una noticia que alteró el tono del día. El organizador de Miss Universo, Nawat Itsaragrisil, llamó “tonta” a nuestra representante Fá

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