La reciente captura de un líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en Aguascalientes y el asesinato del presidente municipal de Uruapan reavivan un debate incómodo: ¿cuánto hemos normalizado la violencia en México? Los titulares se suceden con tal rapidez que la indignación dura menos que un ciclo de noticias. Pero, más allá del impacto mediático, estos hechos reflejan una erosión más profunda: la del Estado de derecho.

Hace apenas unos días, el WorldJustice Project publicó su Índice de Estado de Derecho 2025, y México cayó al lugar 121 de 143 países, por debajo de naciones con menos recursos, pero con instituciones más sólidas. Este descenso no es una mera estadística; es el espejo de nuestra vida cotidiana, donde la impunidad, la corrupción y la inseguridad se entrelazan hasta desdib

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