Antes de los escenarios, los premios y el apodo de “Sonero de la juventud”, Víctor Manuelle fue un joven que salía a parrandear junto a su padre, una de sus tradiciones navideñas favoritas todavía hoy.

Eran parrandas de barrio, con los estilos de cantar del oeste. Quizás, el único músico con estudios era el primo de Víctor, un trombonista.

Lo demás era la conga de la tía, la guitarra del padre, que, según el cantante, solamente sonaba en los mismos dos tonos, y todos los palitos, maracas, güiros y palmas que se quisieran sumar.

“Éramos bien parranderos y esa tradición de llevar parrandas a diferentes casas de amistades y convocar al barrio era bien importante”, aseguró Víctor Manuelle a EL VOCERO .

En su nueva producción navideña, La parranda es mía, que estrena hoy en las plataforma

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