Y el infierno croata del Maksimir fue una agradable pradera para los delanteros del Celta, que galoparon por el verde para destrozar a la defensa del Dinamo Zagreb en una primera parte en la que los de Claudio Giráldez exhibieron contundencia. Pablo Durán hizo un doblete y Bryan Zaragoza forzó un gol en propia meta tras una de esas jugadas de desborde por las que se le fichó. Pero anda de eso sería posible sin un Iago Aspas en modo repartidor de caramelos.

No hubo noticias tampoco de la temida furia balcánica en el segundo tiempo. Los vigueses controlaron las acometidas con comodidad; a la pegada en ataque se le unió esta vez la sobriedad defensiva para firmar el partido más completo de la temporada. La victoria, además, sitúa a los celestes en la zona noble de la liguilla de la Euro

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