Martha Valeria Araujo es una de esas atletas que trascienden las marcas y los podios. La heptatleta nacida en Tumaco se ha convertido en símbolo de disciplina, constancia y orgullo para Nariño y para Colombia entera. Cada vez que salta, corre o lanza, no solo defiende un registro personal: lleva consigo la voz de su tierra, la fuerza del Pacífico y la esperanza de miles de jóvenes que ven en ella un ejemplo posible.

Su desempeño en el heptatlón internacional ha brillado porque demuestra que la excelencia no se mide únicamente en medallas. Lo hace en su capacidad de superar límites propios, en la valentía con la que enfrenta cada competencia y en la dignidad con la que representa a su gente. Araujo es prueba de que el deporte también es cultura, identidad y pertenencia. Gane o no, ya ha co

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