A casi una semana del asesinato del alcalde Carlos Manzo , la indignación popular se desbordó en una masiva manifestación que paralizó la ciudad.

Miles de uruapenses salieron a las calles para exigir justicia y, con cánticos airados, responsabilizaron directamente a las autoridades federales y estatales por lo que consideran un abandono que culminó en el homicidio del edil.

La protesta reflejó un enojo generalizado ante la inacción gubernamental en materia de seguridad, con consignas que hicieron eco en todo el recorrido hacia el centro de la ciudad.

"¡Él no murió, el gobierno lo mató!" , coreaban con insistencia los manifestantes, haciendo una tabla rasa de responsabilidad política y acusando a la clase gobernante de haber abandonado a Manzo a su suerte.

"Parece que vino todo e

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