Los cielos belgas se están convirtiendo en un campo de batalla híbrido que empieza a poner de los nervios a las autoridades nacionales y europeas.

Después del sobrevuelo de decenas de drones no identificados (algunos de tamaño suficiente para llevar cargas de cientos de kilos y que llegaron vistos estar a la vista de los operarios de la torre de control del aeropuerto de Bruselas) la noche del jueves volvió el caos sobre aeropuertos, bases militares y ahora también centrales nucleares del país.

La madrugada del jueves al viernes hubo sobrevuelo de drones no identificados sobre el puerto de Amberes, la vecina central nuclear de Doel y el centro de investigación nuclear civil de Mol. Los servicios policiales suecos y daneses anunciaron que estaban investigando intromisión de drones no

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