A comienzos de este mes, tras una vida notablemente cumplida, murió el Dr. Salomón Schachter. Los artículos que sobre él han aparecido en La Prensa hacen justicia a su calidad profesional y humana. Pero no se detienen para recordar el mal final a que se vio obligado su decanato de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, por renuncia.

Schachter no sólo se había ocupado como pocos en el ámbito de la Facultad propiamente dicho, sino que -a través de una comisión de docentes del Hospital con la que se reunía semanalmente- había empezado a discutir y establecer una serie de mejoras en el Clínicas, también dependiente de la UBA. Entre ellas la más importante fue colaborar por primera vez en su secular historia con el nombramiento por concurso del Director del Hospital qui

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