La columna defiende los principios que enarboló Javier Milei en su campaña presidencial y que él y Mauricio Macri definen como “el cambio” desde que el actual presidente era un niño, y desde que el expresidente era un prebendario, tal vez hasta con mayor profundidad, vehemencia, constancia y coherencia que los dos mandatarios.

Eso, es de esperar, la pone a salvo para poder verter sus opiniones sin que muchos que acaban de descubrir que la economía no se maneja con un paquete de ecuaciones, ni de leyes, ni de voluntarismos, sino que es función directa de la acción humana, descalifiquen sus opiniones por ignorante, esgrimiendo como argumento profundo su capacidad de retención urinaria o su supuesta condición de “kuka”, de ”mandriles" o de “ustedes”, mecanismo que usan los fanáticos de LLA

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