Durante años, un enorme local vacío habitaba la cuadra cuatro de la Avenida Conquistadores , en San Isidro (Lima). Décadas atrás estuvo ahí el famoso Los Años Locos, y más tarde Toshi, el gran restaurante del maestro Toshiro Konishi, quien atendía en la barra y servía erizos frescos y atunes gigantes. Luego, el espacio fue ocupado por un tragamonedas y, después, llegó el silencio. Por mucho tiempo su gran salón esperó a un nuevo inquilino.
Brass ha sabido aprovechar este espacio: de la mano de Karim Chaman, lo ha hecho acogedor y elegante a la vez. El ambiente ofrece un lujo discreto, a media luz, donde es fácil sentirse cómodo. Desde la comodidad del amplio estacionamiento hasta la experiencia en la mesa —que, sin dejar de ser sofisticada, se percibe cercana—, Brass recupera algo q

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