Jhonatan cuenta que vivió dos años en las calles y desde que ingresó a la organización criminal dice que lo invade la adrenalina cada vez que dispara . En tanto, Mathias narra que también se inició a los 11 años, pero no empezó accionando un arma sino vendiendo las drogas y luego llevando cartas extorsivas y cartuchos de dinamita.

El primero dice que ya no recuerda cuántas personas han sido sus víctimas. Ambos sueñan con ser algún día como sus jefes: con casas, carros y motos, un comportamiento que, para los especialistas, es el resultado del hostil ambiente en el que crecieron .

Jhonatan y Mathias (nombres cambiados) son dos de los 25 adolescentes del Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Trujillo que hoy fueron trasladados hacia un Centro de Internación de Alta S

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