La Fundació Vila Casas , emblema del mecenazgo artístico catalán, atraviesa su particular crisis de identidad. Con Cristina Ribes al mando, la institución que debía celebrar el arte y la diversidad cultural ha terminado envuelta en un caso que huele a discriminación y opacidad .
Despidos discutibles con aroma a racismo , contratos rotos y un silencio administrativo que dice más que cualquier comunicado. No hacía falta ser experta en arte para dirigir la fundación, pero sí en sensibilidad. Asimismo, la directiva ha rechazado encontrarse con la gerente de la empresa de limpieza para abordar el conflicto. El único contacto ha sido por la vía del burofax.
Vila Casas incorporó en el mes de octubre a Ribes, la nueva máxima directiva de la plataforma de promoción de arte contemp

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