En un mundo cada vez más digitalizado, las personas mayores se han convertido en uno de los blancos preferidos de los ciberdelincuentes, que abusan de su confianza, el aislamiento social y la brecha tecnológica para generar estafas cada vez más desarrolladas, que provocan pérdidas económicas y un impacto emocional.

Los adultos mayores están tan expuestos o más que el resto de personas en el mundo digital, al considerarse como un objetivo atractivo entre los ciberdelincuentes. Como resultado, las estafas a esta parte de la población son una de las formas de ciberdelito que más ha crecido en los últimos años.

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