Comprar una vivienda en España se ha convertido en un verdadero desafío. En 2025, el 45,03% de las hipotecas firmadas tienen un único titular, un aumento significativo respecto al 37,5% de 2022. Este crecimiento de más de siete puntos en solo tres años refleja una tendencia creciente entre los españoles que optan por hipotecarse en solitario, a pesar de las dificultades que enfrentan.

Los bancos consideran que las hipotecas para solteros son operaciones de mayor riesgo. Por ello, suelen exigir más requisitos, como avales familiares o dobles garantías, y ofrecen menos financiación en comparación con las hipotecas en pareja. Laura Martínez, directora de Comunicación y portavoz de iAhorro, señala que "cada vez hay más personas que se sienten capaces de asumir una hipoteca por su cuenta, lo que demuestra una mayor autonomía y seguridad financiera". Sin embargo, advierte que el camino hacia la propiedad no es sencillo.

Martínez añade que, aunque los solteros muestran más determinación, los bancos siguen percibiendo un mayor riesgo en las operaciones con un solo titular. Esto puede resultar en la exigencia de más garantías o en la limitación del importe del préstamo. La adaptación de las políticas hipotecarias a esta nueva realidad social es un reto que aún persiste.

El perfil del comprador individual en 2025 es bastante específico. Según un estudio de iAhorro, la persona que compra en solitario tiene una edad media de 38,2 años, un 64,47% cuenta con un trabajo indefinido y tiene una antigüedad laboral de más de siete años. Su salario neto mensual es de 3.060 euros, y el ahorro medio asciende a 86.684 euros. La vivienda adquirida tiene un precio medio de 234.156 euros, siendo en su mayoría (90,37%) de segunda mano.

En contraste, quienes se hipotecan en pareja tienen una edad media similar, de 38,1 años, pero sus ingresos conjuntos les permiten acceder a viviendas de mayor valor, alrededor de 310.506 euros. El primer titular gana unos 2.834 euros netos al mes, mientras que el segundo aporta 2.238 euros, sumando más de 5.000 euros mensuales en total. Además, sus ahorros conjuntos son de aproximadamente 105.700 euros, lo que mejora su capacidad de financiación y reduce el riesgo para las entidades.

El principal obstáculo para los compradores en solitario sigue siendo la diferencia entre sus ingresos y los precios de la vivienda. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario medio anual bruto en España es de 28.049,94 euros, lo que se traduce en unos 1.800 euros netos mensuales. Con esta renta, una persona podría destinar entre 630 y 650 euros al mes al pago de la hipoteca, respetando el ratio máximo de endeudamiento del 30-35% de sus ingresos. A este nivel de gasto, y considerando un interés fijo medio del 2,15% a 30 años, el comprador en solitario podría financiar apenas 167.000 euros, lo que resulta complicado dado que el precio medio de una vivienda en España ronda los 226.000 euros.