Hay platos que no necesitan casi presentación, solo olerlos para saber que estás en casa. Las patatas a la importancia son uno de ellos. Doradas, tiernas y envueltas en un rebozado que se deshace suavemente al romperse con el tenedor, se bañan después en una salsa delicada, cremosa, con ese punto justo de ajo, cebolla y perejil que perfuma toda la cocina.

Lo extraordinario de este guiso es su sencillez: unas patatas, un huevo, un poco de harina y un buen caldo bastan para crear un manjar digno de domingo. Nacidas en Palencia en tiempos de escasez , cuando la imaginación era el mejor condimento, hoy son símbolo de una tierra que sabe transformar lo humilde en excelencia .

Un bocado, y lo sencillo se vuelve importante

La Asociación General de Hostelería integrada en CEOE y e

See Full Page