«Busco una relación», eso es lo que le digo a mi primera cita de Tinder . Él me lleva a una de las plazas más hermosas que he visto en la ciudad. Paseamos por cada tienda y me pruebo un montón de prendas. Cuando me pongo un vestido y modelo frente a él, me dice que estoy bellísima y me llena de piropos deslumbrantes.

Su único problema es que no quiere comprar nada para mí. Hasta para dejarme en casa esa mañana, me pide dinero para la gasolina, porque claro, fuimos en su carro. Yo odio a los tacaños y no puedo estar con él.

«Busco una relación con un hombre que no sea tacaño», aclaro a mi segunda cita de Tinder . Vamos a comer a un restaurante elegante. Siento que el corazón se me sale cuando miro los precios exorbitantes. Tan solo las bebidas se salen de mi presupuesto. Aun así, él p

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