El Recoletas Atlético Valladolid dejó claro que la severa derrota sufrida en Cuenca fue tan solo un accidente. Y qué mejor manera de hacerlo que en un derbi, como siempre eléctrico y más ante un Tubos de Aranda que siempre está arropado en la grada por su gente (300 valientes estuvieron en uno de los fondos de Huerta del Rey).

Deportes

Un derbi para recuperar la sonrisa o entrar en crisis

Guillermo Velasco

Aún con bajas, una situación con la que ya sabe convivir, el equipo de Pisonero cerró de un golpe la puerta entreabierta de las dudas con un balonmano inteligente basad en los arreones del final de la primera mitad y el inicio de la segunda. Dos parciales sirvieron para dejar sin efecto la resistencia arandina que se basó desde el inicio en un balonmano de poco pensar y mucho correr.

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