En Lima Norte, su nombre era sinónimo de terror. Miguel Ángel Marín Morón, conocido como ‘Negro Marín’, construyó un imperio criminal que controlaba empresas de transporte, discotecas y obras de construcción. Su poder se mantenía incluso cuando permanecía fuera del país, operando a través de aliados y empresas fachada que legitimaban sus ingresos ilícitos.

La captura en Madrid puso fin a años de impunidad. Tras la cooperación entre la Policía Nacional del Perú y la Interpol, Marín fue localizado y detenido mientras se desplazaba con su identidad real, sin alerta roja activa. El seguimiento de sus movimientos, la identificación de sus aliados y el rastreo de sus comunicaciones fueron clave para desmantelar su operación.

Cómo la investigación rastreó a ‘Negro Marín’ hasta Europa

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