Por: Michelle Schnitzer, CEO de BondUP.

Chile se encamina a ser uno de los países más envejecidos de la región, y lo que hoy parece un desafío previsional o sanitario puede transformarse en un motor de desarrollo si el próximo gobierno asume una mirada estratégica. El envejecimiento no es solo un fenómeno demográfico, es también una oportunidad económica y social.

El Estado debe asumir un rol articulador entre salud, trabajo, educación y tecnología, impulsando políticas que fomenten empleo y aprendizaje continuo para mayores de 50 años, incentivos a la contratación y programas de reconversión laboral. Experiencias como las de Singapur demuestran que mantener activos a los seniors fortalece la productividad y evita su aislamiento.

La economía plateada, que hoy lidera el crecimiento globa

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