De las muchas enmiendas al marxismo, y con él al hegelianismo, es que la historia no ha terminado y con ello deba ya nacer, finiquitado el ciclo dialéctico, un engendro perfecto según sus postuladores. No ya porque no tenga sentido en origen (¿dónde empieza el proceso histórico de la dialéctica? ¿De la oposición de algo frente a la nada? Lo siento, pero si hay algo, ya no puede haber nada), sino porque ellos mismos se encargan de repetirse a sí mismos de manera constante. Nunca como farsa, como comedia. Siempre como tragedia.
Éste repetirse a sí mismos es especialmente elocuente cuando las cosas les empiezan a ir mal. O, lo que es lo mismo, cuando se atisba la posibilidad de perder el poder. Decía Marx en su Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, por supuesto sin

El Diario de Madrid

AlterNet
ABC30 Fresno Politics
Mediaite
The Daily Beast